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  • “Sermón para los de la Cruz”: composición de Concepción Cabrera a los Misioneros del Espíritu Santo

    “Sermón para los de la Cruz”: composición de Concepción Cabrera a los Misioneros del Espíritu Santo

    Dra. Mariana Gómez Villanueva

    AHMSpS

    Este marzo se cumplen ochenta y ocho años del fallecimiento de Concepción Cabrera. En el marco de esta conmemoración, quisimos compartir este texto escrito hace ciento veinte años para los “hijos de la Cruz”. Desgraciadamente, el documento original se encuentra incompleto, sin embargo, en su momento, el padre Alfredo Vizoso realizó una copia mecanuscrita.

    El contexto de este escrito abre la puerta para la comprensión de los sentimientos y emociones que estaba experimentando Cabrera en ese momento. Fueron años convulsos para ella y para Félix Rougier, pues veían cómo la quinta Obra de la Cruz se desmoronaba sin siquiera haber tenido vida. El sueño de la fundación de los Religiosos de la Cruz parecía más lejano que nunca, pues se encontró de frente con la oposición de la Sociedad de María, así como de otros personajes nodales, como el R.P. Luis Coperé, entonces Procurador General de la Sociedad de María y postulador de importantes causas de beatificación.[1]

    En agosto de 1904, el entonces superior general de la Sociedad de María, el R.P. Antonio Martin, había ordenado al padre Félix no involucrarse más con las Obras de la Cruz ni con Concepción Cabrera. Entonces fue enviado a la casa de los maristas en Barcelona y sus posibilidades de regresar a México se esfumaron, así fue como inició lo que él mismo denominó “su destierro”.[2] A partir de ese momento, Félix no pudo seguir labrando el camino para la fundación de los futuros Misioneros del Espíritu Santo, pues su superior le había dado a su cargo una gran cantidad de trabajo, tanto como profesor, confesor de varias comunidades religiosas, encargado de los Catecismos de las Escuelas francesas y colaboró también en diferentes obras de asistencia. A partir de ese momento y por los siguientes casi diez años, Félix no pudo involucrarse con nada relacionado a la posible fundación de los Religiosos de la Cruz.  

    Por su parte, para Concepción las cosas tampoco iban bien. En el año de 1905 vivió diversas enfermedades, entre ellas una llaga en el pie que tardó en curarse. Además, falleció su madre en el mes de febrero y, ocho meses después, su hermana Clara.[3] En su Cuenta de Conciencia compartió el gran pesar que le causaban estas cuestiones, pero también no ver realizado el “oasis de hombres”, así como su cambio de director espiritual:

    Estoy enferma y resintiendo el peso de la Cruz… Oh Dios mío, piedad y fortaleza! Soy feliz sin embargo, en medio del dolor. (…) Mucho sufro… y la enfermedad del cuerpo me agobia. Bendito el Señor por todo! (…) Marzo 8. He estado enferma y la llaga del pie no se quiere aliviar; siquiera eso le ofreceré a mi Jesús, a quien tanto amo. Se me ha escondido y yo me muero sin Él.

    Veo como frías a las personas allegadas a la Obra, veo como tan lejos el Oasis de hombres… Me pone Satanás, sin duda, el pensamiento de que el padre Félix ha cambiado. Oh no, eso no, me digo, pero la duda me hace llorar![4]

    Entre estos muchos dolores, Concepción escribió a puño y letra un texto de once páginas que inició en el mes de abril de 1905. El título completo de éste fue “Como sermón que se me ocurrió escribir como si yo fuera hombre. Para los de la Cruz”. En éste, Conchita imaginó cómo debería ser un Religioso de la Cruz, las inquietudes que debía tener y el camino que debían buscar. Es uno de los primeros textos que abordaron el espíritu, el carisma y la identidad de los futuros Misioneros del Espíritu Santo.

    Dejamos, pues, algunos extractos de éste que, debido a su extensión, nos fue imposible copiar en su totalidad.

    1. Fotografía del pasaporte de Concepción Cabrera, 1913. Fototeca, CCA.
    2. Concepción Cabrera con dos de sus amigas de Monterrey durante el Congreso Eucarístico Internacional de Chicago, en junio de 1926. AHMSpS, Fototeca, CCA.

    1905
    JHS

    La Religión de la Cruz será el asilo digo, de la Pureza, el Belén de la humildad, el calvario de la mortificación y la resurrección del hombre viejo, en espiritual y santo. Ahí está el calor del Espíritu Divino y su nido amoroso… ahí se vivirá del amor, y ese amor santo, es el que inmola voluntariamente y sacrifica, haciendo sonreír a los que se entregan a él.

    En esa religión está el semillero de santos, con tal de que las almas que en ella habiten se entreguen a Jesús sin reserva. (…)

    ¡Qué grande, qué perfecta, qué pura es la Religión de la Cruz, el Oasis de Jesús, comparado con el dolor y con amor! ¿Queréis venir a ella? ¿queréis ser sus hijos? ¿deseáis conocer las riquezas, los ocultos encantos del sacrificio? ¿queréis ocultaros, perderos, aniquilaros, para que reine y triunfe la Cruz? Venid… venid con los brazos abiertos para sacrificaros, con el fuego en el alma, para quemaros como incienso, dentro del Corazón de Jesús. (…)

    “Dame almas puras, almas crucificadas”. Ha llegado el tiempo, Señor, marcado por ti para fundar esta Obra ¿en dónde están? ¡Ah! Mi corazón, siento nacer esas vocaciones divinas, que pisando toda sensualidad, solo anhelen crucificarse… inmolarse… ser víctimas puras, en unión de la gran Víctima amadísima del Calvario.

    Su misión es muy alta, extender el culto del Espíritu Santo, y hacerlos hijos míos, amor de todos los corazones. Quiere el Señor escoger una legión especial a la cual comunicará este Santo Espíritu particulares gracias para su salvación y la de otros muchos infundiéndoles el espíritu de la Cruz para que sepan comunicarlo.

    Con su luz, con su auxilio, se destruirán los vicios y se plantarán las virtudes. Él ayudará con sus dones y sus frutos a los Religiosos de la Cruz y en sus obras de celo, como al pie del Sagrario, en donde habrá continua adoración, de día y de noche, sabrá endulzar en todo momento nuestras penas y hacernos subir a Él y vivir de Él, por medio de la Cruz en la unión más íntima y amorosa, la cual solo se efectúa por medio del padecer.

    La Cruz no puede reinar en las almas sin el Espíritu Santo y el Espíritu Santo reinará en las almas el día que estas se arrojen al sacrificio, limpias y purificadas. (…)

    Verdaderamente, hijos muy amados, solo el Espíritu Santo fuente de toda pureza, de toda luz, de todo amor activo, puede inspirar el deseo de sacrificios, puede dar a conocer los primores de la Cruz. Él será la fortaleza de los mártires del Oasis como es su especial Patrono. Él infundiendo su soplo divino a los apóstoles de la Cruz los impulsará a seguirme… a atravesar los mares, para fundar el asilo del amor y del dolor, tendréis que vencer penas, dificultades y amarguras con la constancia en el corazón. Tendréis que ser unas víctimas siempre dispuestas al holocausto, al sacrificio que al Señor lo agradare. Comeréis y vestiréis como pobres discípulos del que no tuvo una piedra donde reclinar su cabeza.

    Vuestra vida será mixta. Se ocuparán los Religiosos unos, dando misiones, y otros al pie del Sagrario. El confesionario será una de las ocupaciones principales. Más para todo esto, primero os formaréis en el molde de la Pureza y de la Cruz.

    La Santísima Virgen María será el encanto de nuestras casas. Ella es ya la Reina, la Superiora, la Madre tiernísima de los Oasis. Bajo su inmaculado manto viviremos dichosos, escudados de todos los peligros de nuestras pasiones. Su devoción, su culto y enamorar a las almas de Ella será nuestra ocupación constante; todas nuestras penas y alegrías, nuestros trabajos y nuestras obras, serán depositadas en su purísimo Corazón para que ella las ofrezca a nuestro amadísimo Jesús. María y la Cruz, son indispensables; ella, después de Jesús, fue la criatura más pura y crucificada y su inocente corazón respiraba sufría y se sacrificaba al compás del de Jesús y por el mismo fin. La primera figura de los Oasis es María.

    Conclusión

    Quiero ser tu Cruz Salvador de mi alma, y que me des muchas cruces vivas para ofrecértelas, para que se sacrifiquen por ti. Quiero darte mil cruces, es decir, miles de Religiosos que con su pureza te consuelen y con sus sacrificios arranquen las espinas de tu Corazón amante… almas que comprendan los secretos del dolor… almas muertas a sí mismas y que transformadas por la caridad que brota de tu Cruz sean todas para ti, formando el jardín donde descanses y te demos gloria hasta la eternidad.[5]


    [1] Félix de Jesús Rougier, Autobiografía y souvenirs, México, Edición Privada MSpS, pp. 43-44.

    [2] Ibidem., p. 43.

    [3] Jesús María Padilla, Concepción Cabrera de Armida, tomo III, México, Editorial La Cruz, 1986, p. 3.

    [4] Concepción Cabrera, Cuenta de Conciencia, tomo 21, marzo de 1905, pp. 91-97.

    [5] AHMSpS, fondo CCA, sección Fundadora, serie Escritos espirituales, caja 24, expediente 6.


  • Revista La Cruz. MARZO-Abril 2025

    Revista La Cruz. MARZO-Abril 2025

    Te invitamos a leer el nuevo número de la Revista La Cruz, correspondiente al bimestre marzo-abril:


  • Celebración de la memoria litúrgica de Nuestra Madre en el Altillo

    Celebración de la memoria litúrgica de Nuestra Madre en el Altillo

    En la comunidad del Altillo, desde hace algunos años, cada 3 de marzo (y los días previos) realizamos alguna actividad para celebrar la memoria litúrgica de Nuestra Madre. Por tener sus restos mortales –¡sus reliquias!– en nuestra casa, sentimos especial responsabilidad de solemnizar esta celebración. En esta ocasión realizamos tres actividades.

    El sábado 1 de marzo tuvimos la peregrinación del Centro de Espiritualidad de la Cruz San José del Altillo a la Basílica de Guadalupe. Unas setenta personas nos reunimos en el Altillo a las 9:30 a.m. y de allí nos trasladamos a la Villa de Guadalupe en un autobús y una camioneta, coordinados por el padre Juan Manuel Ayala y el padre Vicente Monroy respectivamente.

    A las 10:30 a.m. nos reunimos junto a la estatua de san Juan Pablo II; éramos unas ciento sesenta personas, entre las que se encontraban unos veinte jóvenes, un grupo de sordos y las intérpretes, y los cinco MSpS del Altillo. Allí, el padre Alfredo Ancona dio una explicación sobre el Jubileo del Año Santo 2025 y la importancia de mantener viva la llama de la esperanza y de avivar esta virtud teologal en tantas personas tristes, pesimistas, desanimadas o que sienten que Dios las ha abandonado.

    Después, de forma individual, pasamos por la Puerta Santa e ingresamos en la Basílica. La Virgen de Guadalupe nos acogió en su casa y en su corazón. Cada quién buscó un momento para orar frente a la imagen de Nuestra Señora o en la capilla del Santísimo.

    A las 12 p.m. nos reunimos junto a la Cruz del Apostolado. Echamos de menos la presencia de algunas personas que por limitaciones físicas o por tener que usar bastón o silla de ruedas no pudieron subir al cerrito. El padre Vicente Monroy y la señora Dorita nos leyeron algunos textos de Nuestra Madre en los que ella narra la bendición de la Cruz del Apostolado, que se colocó en el cerro del Tepeyac, y la coronación pontificia de la imagen de la Virgen de Guadalupe; ambos hechos tuvieron lugar el 12 de octubre de 1895. La bendición de la Cruz del Apostolado fue realizada por monseñor Ramón Ibarra.

    Al descender del cerrito, nos detuvimos unos momentos en el lugar donde estuvo la Capilla de las Rosas. El 25 de diciembre de 1914, en esa capilla se hizo la fundación de «nuestra amada Congregación». Recordamos a Concepción Cabrera, Félix de Jesús Rougier, Ramón Ibarra, Moisés Lira y Domingo Martínez, así como a las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús y a los laicos que estuvieron presentes en esa celebración.

    La última estación fue en la Capilla de Indios. Allí, ante el Santísimo, tuvimos un momento comunitario de oración motivado por textos de Nuestra Madre. Para finalizar, el padre Miguel Castillo nos dio la bendición.

    En todos los rostros –además de los signos de la asoleada– se manifestaba el gozo y la gratitud hacia Dios por habernos dado la gracia de participar en esa peregrinación del Jubileo de la esperanza en el contexto de la memoria litúrgica de la beata Concepción Cabrera; peregrinación que estuvo marcada por la presencia maternal de la Virgen María y por la presencia de la Trinidad, simbolizada en Cruz del Apostolado.

    El domingo 2 tuvimos las cinco celebraciones eucarísticas ordinarias. Al final de cada una de las celebraciones de la mañana, quien presidía invitó a los participantes a ir a la cripta, donde están las reliquias de Nuestra Madre, para hacer un momento de oración y pedirle a Dios por sus intenciones, por intercesión de la beata Concepción Cabrera. Un buen número de fieles respondió a nuestra invitación.

    La misa de las 7 p.m., que presidió el padre Juan Manuel, se celebró en la cripta; así que los participantes no tuvieron que trasladarse para orar.

    Con gusto constatamos que entre los fieles del Altillo ha ido creciendo el conocimiento de Nuestra Madre, el amor a ella y la confianza en el poder de su intercesión. También hemos visto que ha crecido el número de peregrinaciones que viene a visitar el lugar donde están las reliquias de la beata Concepción Cabrera y a pedirle a Dios algún favor, por intercesión de esta esposa y madre de familia.

    El lunes 3 de marzo, aniversario de la muerte de Nuestra Madre, tuvimos el encuentro de MSpS. Esto lo hemos venido realizando, durante algunos años, el 3 de marzo o el lunes siguiente a esa fecha. La coordinación de las diversas actividades de este día estuvo a cargo de Alfredo Ancona.

    Nos reunimos veintitantos MSpS de las comunidades de la Casa General, la Casa Provincial (Provincia de México), Puebla (Huexotitla), el Teologado, el templo de San Felipe de Jesús, la parroquia de la Santa Cruz y del Altillo. Estuvieron también el padre Carlos Alonso, de la comunidad de Tuxtla Gutiérrez, que temporalmente está apoyando la pastoral del templo de San Felipe, y el padre Cecilio Félez, recién llegado a la Ciudad de México, que estuvo seis años en la comunidad de Bucaramanga.

    A las 12 horas, en la cripta, tuvimos la celebración eucarística; presidió el padre Gerardo Herrera, superior de la comunidad del Teologado. Miguel Castillo animó la celebración con los cantos. Dimos gracias al Espíritu Santo por la obra de transformación en Jesucristo que realizó en Nuestra Madre y por todo lo que, por medio de ella, dio y sigue dando a su Congregación y a cada Misionero en particular. Y le pedimos que, por intercesión de esta laica, mística y apóstol, nos impulse a vivir con generosidad «nuestra hermosa vocación», que suscite vocaciones para nuestro Instituto, que bendiga el proyecto de internacionalización…

    Posteriormente, Vicente Monroy guio a algunos de los participantes por las diversas salas del museo, les explicó la lógica con la que se había hecho cada sala y les mostró algunos de los objetos históricos allí exhibidos (como el confesonario en el que hace 122 años tuvo lugar el encuentro providencial de Concepción Cabrera y Félix Rougier). Mientras tanto, otros, que ya conocían el museo, conversaban en el Patio de los Naranjos disfrutando de una botana preparada por Juan Manuel Ayala.

    Luego pasamos al comedor de la casa de ejercicios. Además de compartir los alimentos, tuvimos oportunidad de compartir experiencias, proyectos y anhelos, lo cual nos dio un nuevo impulso para ir consolidando el “nosotros congregacional” y para continuar trabajando por extender el reinado del Espíritu Santo.


    Fernando Torre, msps – Cronista


  • “Jubileu de Prata”, Quase paróquia Santa Marta y Santa Paula, Leme, São Paulo.

    “Jubileu de Prata”, Quase paróquia Santa Marta y Santa Paula, Leme, São Paulo.

    El pasado 03 de marzo, el mismo día que N.M. cumplió 88 años de haber fallecido después de cumplir su misión aquí en la tierra, celebramos junto con el obispo de Limeira, Dom José Roberto Fortes Palau, los 25 años de creación de la comunidad, ahora quase paróquia, Santa Marta y Santa Paula, aquí en Leme, São Paulo.

    Nos preparamos para este día celebrando un triduo. El P. David Ascencio MSps comenzó agradeciendo a la Virgen María el primer día, junto con el no. Rolando y toda la comunidad. En el segundo día, contamos con la presencia del P. Isaías, actual rector del seminario de filosofía de la diócesis y primer administrador de la quase paróquia, que se desligó de la paróquia Senhor Bom Jesus en el año de 2018. Él agradeció a Dios Hijo, por estos años de vida de la comunidad. El tercer día, como actual administrador, el P. Alejandro MSpS, agradecí a Dios Padre, por Su paternidad hacia la comunidad.

    En el dia de la fiesta, el obispo agradecio al Espíritu Santo, por Su presencia vivificante en la comunidad. Participamos en la concelebración, el P. Miguel Ochoa MSpS, que vino de la comunidad de Itapevi; el Diácono permanente, Leonardo Bergamasco, que forma parte de esta comunidad de Santa Marta y Santa Paula; el P. David Ascencio y un servidor, P. Alejandro. El Hno. Rolando MSpS tambien estuvo presente, usando el paliacate del movimiento juvenil “Hodos”.

    En su homilía, Dom Jose hablo de la importancia de caminar juntos, siendo extranjeros que regresamos a la Casa del Padre, haciendo referencia al significado de la palabra parroquia. También enfatizó el hecho de ser familia y poder resolver los conflictos dentro de ésta, de evitar los chismes, así como saber construir la comunidad con el esfuerzo de todos, pues cuando alguien deja de participar, hace falta al igual que un miembro en la familia.

    Al final, después de develar una placa conmemorativa con la frase de N.M. que hace referencia a “Ni la Cruz está sin Jesús, ni Jesús sin la Cruz…”, (pues de la misma manera, una comunidad no existe sin Cruz), se tomó una fotografía con todos los que celebramos
    este momento importante como comunidad. Esperamos que Dios, al derramar Sus Gracias en este Jubileo de Plata, nos conceda
    vocaciones para nuestra Congregación e Iglesia. ¡Saludos!


  • Cuaresma 2025: Camino de esperanza y conversión

    Cuaresma 2025: Camino de esperanza y conversión

    Queridos hermanos y hermanas en Cristo

    Hoy, en este Miércoles de Ceniza, comenzamos el sagrado tiempo de la Cuaresma, un camino espiritual de cuarenta días que nos invita a la conversión, al encuentro profundo con Dios y a la renovación de nuestra fe. Este año, vivimos este itinerario cuaresmal en el marco del Jubileo de la Esperanza, un tiempo extraordinario de gracia en el que el Señor nos llama a redescubrir Su amor misericordioso y a ser testigos de esperanza para un mundo que tanto lo necesita.

    La Cuaresma es un tiempo propicio para volver el corazón a Dios. Al recibir la imposición de las cenizas, escuchamos las palabras: “Conviértete y cree en el Evangelio”. Este llamado resuena con fuerza en nuestro interior, recordándonos que estamos hechos para vivir en comunión con el Padre, quien nos regala Su amor y nos espera con los brazos abiertos.

    En este año jubilar, la conversión tiene el matiz especial de renovar nuestra confianza en el Dios que nunca nos abandona. La esperanza que nace de Cristo nos impulsa a mirar más allá de nuestras fragilidades y a vivir con una fe que transforma.

    El Jubileo de la Esperanza nos invita a ser portadores de luz en medio de las tinieblas. En un mundo marcado por el sufrimiento, la división y la incertidumbre, nuestra misión como discípulos de Cristo es anunciar que la última palabra no la tiene el dolor, sino la vida nueva que Él nos ofrece. Vivamos esta Cuaresma con el compromiso de ser signos visibles de esperanza para quienes nos rodean. Que nuestras comunidades se conviertan en espacios de reconciliación, acogida y alegría, reflejando el rostro misericordioso de Dios.

    Pidamos al Espíritu Santo, quien nos guía y fortalece, que nos acompañe en este camino cuaresmal. Que María Santísima, Madre de la Esperanza, nuestros Padres Félix de Jesús, Beata Concepción Cabrera y nuestro Hermano Beato Moisés Lira, intercedan por nosotros y nos inspiren a vivir con un corazón renovado, dispuesto a amar y servir con generosidad.

    ¡Que esta Cuaresma sea un verdadero tiempo de gracia y transformación!
    Caminemos juntos hacia la Pascua, con la certeza de que Cristo Resucitado nos llama a ser testigos de Su Amor y esperanza en el mundo.


    MSpS.