
Queridos hermanos y hermanas en Cristo
Hoy, en este Miércoles de Ceniza, comenzamos el sagrado tiempo de la Cuaresma, un camino espiritual de cuarenta días que nos invita a la conversión, al encuentro profundo con Dios y a la renovación de nuestra fe. Este año, vivimos este itinerario cuaresmal en el marco del Jubileo de la Esperanza, un tiempo extraordinario de gracia en el que el Señor nos llama a redescubrir Su amor misericordioso y a ser testigos de esperanza para un mundo que tanto lo necesita.
La Cuaresma es un tiempo propicio para volver el corazón a Dios. Al recibir la imposición de las cenizas, escuchamos las palabras: “Conviértete y cree en el Evangelio”. Este llamado resuena con fuerza en nuestro interior, recordándonos que estamos hechos para vivir en comunión con el Padre, quien nos regala Su amor y nos espera con los brazos abiertos.
En este año jubilar, la conversión tiene el matiz especial de renovar nuestra confianza en el Dios que nunca nos abandona. La esperanza que nace de Cristo nos impulsa a mirar más allá de nuestras fragilidades y a vivir con una fe que transforma.
El Jubileo de la Esperanza nos invita a ser portadores de luz en medio de las tinieblas. En un mundo marcado por el sufrimiento, la división y la incertidumbre, nuestra misión como discípulos de Cristo es anunciar que la última palabra no la tiene el dolor, sino la vida nueva que Él nos ofrece. Vivamos esta Cuaresma con el compromiso de ser signos visibles de esperanza para quienes nos rodean. Que nuestras comunidades se conviertan en espacios de reconciliación, acogida y alegría, reflejando el rostro misericordioso de Dios.
Pidamos al Espíritu Santo, quien nos guía y fortalece, que nos acompañe en este camino cuaresmal. Que María Santísima, Madre de la Esperanza, nuestros Padres Félix de Jesús, Beata Concepción Cabrera y nuestro Hermano Beato Moisés Lira, intercedan por nosotros y nos inspiren a vivir con un corazón renovado, dispuesto a amar y servir con generosidad.
¡Que esta Cuaresma sea un verdadero tiempo de gracia y transformación!
Caminemos juntos hacia la Pascua, con la certeza de que Cristo Resucitado nos llama a ser testigos de Su Amor y esperanza en el mundo.
MSpS.