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  • Crónica Éxodo Postulantado 2024-2025

    Crónica Éxodo Postulantado 2024-2025

    Esta aventura empezó el domingo 27 de octubre al amanecer, saliendo desde Aguascalientes. La emprendimos Emilio, Core, Abel, Isaac, Jose Manuel y Alex, acompañados por Samuel y Perusi.


    Metimos nuestras mochilas con lo necesario y pusimos rumbo a nuestro primer destino que sería Guadalajara. Lo primero que hicimos en el trayecto fue realizar nuestra oración comunitaria. Aunque es un sitio peculiar para realizarlas, siempre es importante situar los más importante en el centro y que sea el motor de nuestro día. Una vez llegamos a Guadalajara, fuimos directos al CECAP donde nos recibieron con una fraternal desayuno los acompañantes y las personas que nos iban a guiar durante el camino que eran Armando Tovalín, Jorge Eduardo “Bucky” y Raúl “Chino”. Después de haber desayunado y habiéndonos enseñado las instalaciones del CECAP, la Casa San José y la Casa Provincial nos dispusimos a celebrar en comunidad la eucaristía en la capilla de la Casa Provincial.

    Juntos como hermanos sentimos la invitación de a mirar con ojos nuevos, de ver con claridad y abandonar nuestra ceguera como hacia Jesús con Bartimeo. Con un gesto sencillo, pusimos en la patena que nos íbamos pasando los unos a los otros, nuestras intenciones, nuestros deseos, nuestros anhelos de lo que esperábamos del Éxodo. Concluida la misa e impulsados por el Espíritu Santo dimos
    pistoletazo de salida al Éxodo propiamente dicho.

    Salimos de Guadalajara y nos pusimos rumbo a Nayarit. Ahí nos recibió con mucho cariño y amor la familia del hermano Saúl Ibarra. Nos deleitaron con la comida típica de Nayarit, camarones con coco, camarones en agua-chile, elotes y muchos más platos que estaban riquísimos. También aprovechamos ese momento para cuidarnos mutuamente, nosotros por la familia Ibarra y nosotros cuidando de la
    familia que extraña a su hijo y hermano. Pudimos ver en primera persona las vivencias, los miedos, las alegrías, las tristezas que vive una familia que tiene un miembro misionero. Fue un comienzo muy bonito y emotivo que no solo nos lleno de energía por los alimentos, si no que también nos lleno el corazón de amor y tranquilidad. Una vez finalizada este reunión familiar, nos dirigimos al Seminario de
    Santa María donde nos acogería la esa comunidad e íbamos a pasar nuestra primera noche. Celebramos juntos a los seminaristas las vísperas solemnes y compartimos junto a ellos una cena fraterna de tacos y chamucos. Terminada la cena, realizamos los últimos preparativos de nuestras maletas, retirando lo prescindible y repartimos la comida que iba a ser nuestro sustento y apoyo durante la semana. Nos fuimos a dormir nerviosos, con miedo, con ilusión de empezar a camina.

    El lunes 28 de octubre, nos levantamos a las 3:30 de la madrugada para ganarle camino al sol y al calor. Salimos del Seminario a las 4:30 y empezamos a caminar en la noche más cerrada. Previamente en un momento de oración intencionamos el día e intencionamos por quien queríamos realizar el Éxodo. Ese ese primer tramo empezar las primeras conversaciones para conocerse y empezamos a sentir las
    primeras sensaciones. Pasado el amanecer paramos a desayunar en San José de Mojarras. Ahí nos dio la bienvenida la familia de Doña Dora y pudimos gozar de su hospitalidad. Nos preparó un taquitos sudados exquisitos, que nos dio energía para afrontar el resto del camino. Después de una platica con la familia retomamos nuestro camino. El resto del camino transcurrió por plantaciones de agave, un calor asfixiante y un sol que pegaba muy fuerte. Tuvimos que realizar múltiple paradas para combatir el calor, la sed y el cansancio. También unas personas nos hicieron un tremendo regalo y realizaron un gesto enorme de solidaridad al regalarnos agua mientras íbamos caminando. Todos llegamos a nuestro primer destino que era el pueblo de Las Cuevas, el único incidente que tuvimos fue un susto que nos dio Tovalín por una bajada de tensión muy fuerte causa del esfuerzo de ese día, pero se pudo recuperar sin mayor problema. Nos habilitaron la capilla del pueblo para que pudiésemos dormir, descansar y ducharnos ahí. La tarde la pasamos tranquilamente descansando, recuperándonos y bañados en el rio del pueblo. Cenamos duritos con verdura y cueritos. Finalizamos el día con una oración de recupración y tomamos la decisión de todos continuar al día siguiente.

    El martes 29 de octubre, siguiendo el plan del día anterior nos levantamos a las 3:30 de la madrugada después de nuestra primera noche durmiendo en el suelo. Pusimos rumbo a la Palmita, que era el sitio donde dormiríamos la segunda noche. Nada más salir de Las Cuevas nos enfrentamos a nuestro primer cerro. En el camino no vimos sorprendidos por una gran multitud de trabajadores, que también estaban despiertos a esa horas, dirección a su lugar de trabajo. La naturaleza en este día cambió radicalmente, paso de ser prácticamente desértico a estar rodeados por infinidad de arboles y flores preciosas. A mitad de camino paramos a desayunar en el negocio familiar de doña Emilia que nos preparó unos huevitos con jamón y frijoles. Descansamos y antes de reempreder el camino compartimos un momento de oración por el señor Antonio, marido de Emilia tristemente fallecido. Nos pusimos en camino
    nuevamente hasta que llegamos a un río que no podíamos atravesar, ahí nos paramos a contemplar a los pescadores que realizaban sus labores cotidianas hasta que vino la barca que nos ayudaría a atravesar el rio. Ese momento en la barca nos gusto muchísimo, parecía de película total, a muchos nos puso en el papel de lo tuvieron que sentir los primeros misioneros. Al bajarnos de la barca empezó el verdadero reto del día, que era subir un cerro desde lo más abajo. Además se añadió otra complicación y era que muchas partes del camino estaban destruidas y afectadas por los daños frutos de las riadas que se produjeron a caso de la lluvias torrenciales que afectaron a esa zona. Nos sobrepusimos a estos problemas con mucha fraternidad y solidaridad ayudándonos para poder pasar los tramos más peligrosos. A mitad de camino tomamos un descanso y pusimos voz a las cosas inanimadas que nos rodeaban. Después de una gran esfuerzo, ayudándonos entre nosotros para poder avanzar y un largo trayecto llegamos a la Palmita. Nos ofrecieron la Escuela para que pudiésemos hacer noche ahí.

    Comimos y disfrutamos de la hospitalidad de doña Olivia que nos ofreció una sopa con queso muy rica. También gozamos de la ayuda de la gente del pueblo que nos ayudó a resolver problemas con obtener agua para ducharse. La tarde transcurrió tranquila. Aprovechamos para descansar y sobre todo para compartir con los niños del pueblo que acudieron a nosotros con mucha ilusión y felicidad. Esos niños
    fueron un chute de energía muy fuerte para muchos de nosotros. En la noche cenamos duritos con cueritos, disfrutamos de la estrellas y compartimos nuestra intimidades y aquello que el Éxodo iba suscitándo en nuestro interior.

    El miércoles 30 de octubre, siguiendo el mismo planteamiento que los otros días para aventajarle al sol, nos preparamos para enfrentarnos a posiblemente el día más exigente. Saliendo de la Palmita subimos el primer cerro del día y caminamos con cuidado para evitar la caída por un desfiladero. Caminamos y nos vimos sorprendidos con un bello amanecer cuando llegábamos a la Cumbres, pueblo donde desayunaríamos un sándwiches y que se encontraba a la mitad del primer cerro. Una vez recargado fuerzas y ánimos nos dispusimos a seguir subiendo. Este tramo ya se empezó a hacer pesado debido al cansancio acumulado, a la subidas exigentes y al calor. Pero conseguimos llegar a una pequeña capilla dedicada a San Judas Tadeo donde descansamos un rato. El siguiente tramo fue una verdadera aventura, ya que, gracias a la generosidad de una familia que pasaba por ahí nos dieron ride hasta la presa de El Cajón. Esta fue una ayuda vital, ya que el tramo que seguía era una dura bajada por asfalto que podía lastimarnos gravemente las rodillas. En momento del ride también parecía sacado de película, produjo risas entre nosotros y fue un momento de hermandad muy bonito. Atravesamos la presa del El Cajón después de pasar por los controles de seguridad correspondientes y enfilamos el segundo y más duro
    cerro del día. Fue muy exigente porque nos pillo en la horas centrales del día, con el sol en lo más alto, pero el mayor reto fue aguantar esa subida con el poco agua del que disponíamos. Nos ayudamos entre todos, intentando compartir el agua que traíamos y ayudándonos a llevar la mochilas. Con mucha desesperación, agotamiento pero con tesón y resiliencia conseguimos llegar todos sanos y salvos a Platanitos. Nada más llegar disfrutamos de una premio merecido en forma de jugos, coca, refrescos y atún con salsa. En Platanitos gracias a la generosidad de la gente, que nos dejó la capilla para poder dormir, de Modesto, que nos ofreció su casa para ducharnos. Gracias a Blanca, que nos preparó un riquísimo arroz con elotes y frijol; y gracias a al médico del pueblo que curó las molestias de algunos y nos regalo un garrafón de agua (esto es muy importante ya que no había agua en todo el pueblo, estábamos bebiendo pura coca, pero peor aun no íbamos a tener agua para el día siguiente y con este regalo si pudimos con que rellenar nuestras botellas) pudimos descansar.

    El jueves 31 de octubre nos enfrentamos al último día de Éxodo. Subimos nuestro último cerro y al llegar a la cima pudimos disfrutar de un desayuno sencillo de galletas y jugo. En todo el día pudimos disfrutar de una perrita muy noble que de manera silenciosa y fiel nos acompañó. Descansamos en el Cortijo y enfrentamos la última parte de asfalto y un sol asfixiante. Ya muy cansados y con las energías
    en reserva, nos adentramos en la maleza para llegar a nuestra tierra prometida y el fin de este Éxodo, llegamos a la Laguna de Santa María. Allí descansamos, nos dimos la enhorabuena y celebramos la Eucaristía. En esta celebración, con un bonito gesto nos intercambiamos los tenis y reflexionamos sobre lo que habrá vivido el hermano durante su caminar. Como premio final y merecido disfrutamos de un festín a base de chicharrón de pescado y ceviche. Fue el broche final a una experiencia que marcó nuestro camino y nuestro corazón.

    Esta experiencia terminó regresando a Guadalajara donde nos acogió las comunidad de Cristo Sacerdote. Compartimos un día de turismo por Guadalajara y visitamos el HYCIG con motivo de la celebración del Día de Muertos. Finalmente después de dos noches ahí, regresamos a Aguascalientes.


  • Nuestra Historia

    Nuestra Historia

    Hace 100 años

    Noviembre 1924 – CC CCA Tomo 45 pp.107 – 112

    Muy surtido de dolores ha sido este mes.

    […]

    Penas de otras clases muy surtidas, las espinas de todos colores.

    Bendito seas, mi Jesús, y que todo sea para tu mayor gloria y bien de las almas.

    Me mandó el I.S. Martínez un escrito que se titula: “Este es mi cuerpo, esta es mi sangre”. Lo envié para “La Cruz” y que les sirva a muchas almas.

    Debo explotar ese asunto importantísimo plenamente. Tiene por raíz esa oblación mística, el perfectísimo amor maternal, que es una admirable participación del amor del Padre y, por consiguiente, [108] una divina y copiosa efusión del Espíritu Santo.

    Ese amor, que debo vivir a cada instante, debe hacerme ofrecer, a cada instante también, en una oblación única a Jesús, a mis hijos y a mí, tres víctimas en una.

    Aunque mis penas y mis sacrificios cambiaran o se acabaran (que afortunadamente para mí no se acabarán) la inmolación interior, ni cambia ni se acaba, porque en la inmensidad de mi deseo abarca todas las inmolaciones y las abarca también al ofrecerme para todo a la divina voluntad.

    Poco importa que en mi estado actual ni guste ni me dé casi cuenta de esa constante inmolación; en medio de las sombras en que vivo, la voluntad [109] y el amor, dicen, que están intactos y esa misma obscuridad, es una finísima y generosa inmolación, tanto más pura cuanto que en ella nada encuentra el Yo ni siquiera el divino gozo del dolor, pero la mirada de Dios (dicen) se complace grandemente.

    Sin andar pensando si estaré engañada o no […] debo dedicarme a lo que Dios quiere, esto es, a repetir cada vez con nueva perfección las divinas palabras: “Este es mi cuerpo, esta es mi sangre”; por las cuales debo convertirme verdaderamente, en sacerdote, hostia y altar.

    Señor, aquí me tienes; que se haga tu voluntad en mí, en las Obras, en mis hijos, en todo lo que me rodea. [112] Haz que se cumplan tus designios en mí. Aquí estoy, Señor, perdóname y que seas siempre Tú alabado y yo despreciada y olvidada.

    Hace 50 años

    El Consejo General aprobó con gusto el viaje del P. Roberto de la Rosa y tiene puestas en él grandes esperanzas. Un avance en el proceso y la “luz verde” definitiva para la edición del libro del P. Philipon sobre Nuestra Madre. (Disponible para su lectura aquí: “Diario espiritual de una madre de familia“).

    Uno de los propósitos del P. Roberto es hacer llegar al Santo Padre el libro del P. Philipon. Para ello quiere valerse del Maestro General de los PP. Dominicos quien por su mismo cargo es “Maestro del Sacro Palazzo”, el P. Vicente Couesnongle, O.P.

    El P. Couesnongle acaba de ser elegido Maestro General de los Dominicos. Hace poco tiempo, siendo Consultor General, buscaba al que pudiera ser el Censor del libro del P. Philipon sobre Nuestra Madre. Mientras lo hallaba, se puso a leer el libro. En “Cor Unum”, de marzo de 1974, publicamos extractos de una carta suya al P. Roberto de la Rosa; allí describe su impresión ante la lectura del libro. Permítasenos repetirla.

    “Muy querido y reverendo Padre: Llegó lo que tenía que llegar. He leído el último capítulo sobre la Trinidad. Me ha conquistado y Usted podrá encontrar aquí mismo el NIHIL OBSTAT. He leído con mucha atención estas páginas. Síntesis admirable de profundidad que contienen los aspectos fundamentales de la fe, con un estilo original y muy personal. Todo está allí y de un modo admirable. Comprendo que el P. Philipon haya sido conquistado por esta doctrina y por esta alma, al mismo tiempo mamá y esposa muy amante. Uno se siente sobrecogido al leer el retrato de una madre preocupada por sus hijos y al mismo tiempo sus elevaciones sobre la unidad de la Trinidad, la Iglesia, el Sacerdocio, el Espíritu Santo.  (Un nuevo Pentecostés…) Y se trata de la misma persona que ha amado a sus hijos y ha escrito y vivido todo eso…”

    – – – – – – – – – – – – – – – – – – –

    Sabemos que delante de Dios no hay simples coincidencias. Todo es Providencia suya.

    […]

    Bendito y alabado sea Dios por todo.

    Tomado del Cor Unum de Noviembre de 1974 -AHMSpS. Caja 13 p. 144

    Hace 25 años

    Noviembre de 1999

    Concepción Cabrera de Armida -ya casi- Venerable

    El pasado martes 19 de octubre de 1999 se llevó a cabo en el Vaticano, la Congregación Ordinaria de Cardenales y Obispos para examinar la vida y las virtudes de la Sierva de Dios Concepción Cabrera de Armida.

    Esta reunión tuvo como objetivo el estudio cuidadoso de un documento llamado Relatio et Vota que contiene el juicio de nueve teólogos consultores sobre las virtudes heroicas de Nuestra Madre, las afirmaciones de los examinadores teólogos, sus dudas y las aclaraciones correspondientes. Contiene además las precisiones a las dudas que permanecieron, que formularon los Actores de la Causa, -es decir quienes presentaron a Conchita como candidato a ser beatificada-, expresadas en forma de respuestas directas, basadas en los documentos oficiales presentados durante el proceso.

    […]

    El examen versó sobre las virtudes llamadas teologales: la fe, la esperanza y la caridad, y sobre las virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. También se consideró la virtud de la humildad.

    El juicio de los cardenales fue positivo. Es decir, han declarado que las virtudes de Conchita pueden llevar el calificativo de heroicas. O, mejor dicho, que la fama de santidad de la que gozó en vida y después de su muerte, tiene una base sólida en las virtudes que ejerció en grado heroico.

    El paso siguiente será el que los Cardenales y Obispos presenten al Papa Juan Pablo II su parecer, expresado mediante un voto, en el que le soliciten al Papa que declare a Conchita, mujer mexicana, esposa y madre de familia, como “Venerable”, es decir, que puede ser presentada al mundo como un modelo en el que la mujer de nuestro tiempo pueda encontrar lo que le es propio y le conviene a su condición de mujer, llamada a ser, junto con el varón, un modelo de personalidad humana. […]

    Nos llenamos de alegría y damos gracias a Dios por este paso tan importante en la Causa de Nuestra Madre y esperamos que dentro del presente año el Papa Juan Pablo II declare a Conchita, Venerable.

    P. Carlos Castro Tello

    Tomado del Cor Unum de Noviembre de 1999 -AHMSpS. Caja 31, pp. 139 – 140


  • María, Madre de una Iglesia perseguida y mártir

    María, Madre de una Iglesia perseguida y mártir

    Fernando Torre, msps

    «Todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, sufrirán persecuciones»

    2Tm 3,12

    Después del martirio de Estaban, «se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles» (Hch 8,1).

    Jesús de Nazaret nos lo había anunciado: «Los arrestarán, los perseguirán y los matarán. En todo el mundo, ustedes serán odiados por ser mis seguidores» (Mt 24,9).

    Persecución y martirio son las circunstancias en las que vive la primera comunidad cristiana y realiza su misión evangelizadora. María, la madre de Jesús y madre de la Iglesia, forma parte de esta comunidad. Ella acompaña a los discípulos y los anima a ser fieles a Jesucristo, aunque esto implique ser perseguidos e incluso asesinados.

    La Madre sufre y se entristece a causa del odio del que su Hijo y los cristianos son objeto; a causa de la persecución contra la Iglesia y del asesinato de algunos de los discípulos, entre ellos Santiago, su sobrino (cf. Hch 12,2). Y, al mismo tiempo, ella los exhorta a permanecer fieles a Jesucristo y los anima a ir contracorriente; ella se llena de gozo por constatar que sus hijas e hijos, gracias a la acción poderosa del Espíritu Santo, aman a su Hijo, lo siguen, anuncian su Evangelio, cargan la cruz, se mantienen firmes en la persecución y están dispuestos «a morir por causa del Señor Jesús» (Hch 21,13).

    Y así continúa haciéndolo durante unos veinticinco años –según la tradición–, hasta que culmina su misión en la tierra y es llevada al cielo en cuerpo y alma. «Y, desde su gloriosa asunción al cielo, sigue mostrando su amor a la Iglesia peregrina, y protege sus pasos hacia la patria del cielo». Y seguirá haciéndolo, «hasta que venga el Señor, lleno de gloria»[1].

    El papa Francisco nos dice: «Las persecuciones no son una realidad del pasado, porque hoy también las sufrimos, sea de manera cruenta, como tantos mártires contemporáneos, o de un modo más sutil, a través de calumnias y falsedades. […] Otras veces se trata de burlas que intentan desfigurar nuestra fe y hacernos pasar como seres ridículos»[2]. «Hoy, en muchas partes del mundo, hay muchos, muchos, muchos mártires –más que en los primeros siglos– que dan la propia vida por Cristo y son conducidos a la muerte por no negar a Jesucristo»[3].

    La persecución y el martirio son signos de la autenticidad de nuestra vida cristiana: «Bienaventurados serán cuando los injurien, los persigan y digan con mentira toda clase de mal contra ustedes por mi causa. Alégrense y regocíjense, […]  porque de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a ustedes» (Mt 5,11-12).

    La Virgen María sigue acompañando a la Iglesia, que es perseguida y martirizada. Ella ilumina nuestra fe, alienta nuestra esperanza e inflama nuestra caridad. Ella intercede por nosotros, para seamos llenos del Espíritu Santo (cf. Hch 8,15), a fin de que, en medio de las persecuciones y las amenazas de muerte, podamos mantenernos firmes en el seguimiento de Jesucristo y realizar con fidelidad creativa la misión que Dios Padre nos ha confiado. Más aún, ella intercede por nosotros, para que podamos amar a nuestros enemigos, orar por quienes nos persiguen y bendecirlos (cf. Mt 5,44; Rm 12,14).


    [1] Misal Romano, «Prefacio III de la Virgen María».

    [2] Papa Francisco, Gaudete et exsultate, 94.

    [3] Papa Francisco, Angelus (23 junio 2013).


  • Revista La Cruz. NOV-DIC 2024

    Revista La Cruz. NOV-DIC 2024

    Te invitamos a leer el nuevo número de la Revista La Cruz, correspondiente al bimestre noviembre-diciembre:


  • Nueva Comunidad del Noviciado

    Nueva Comunidad del Noviciado

    Con gran alegría, te presentamos el Noviciado Congregacional en Querétaro, México, que cuenta con 15 novicios (8 enprimer año y 7 en segundo año y que se integran a la comunidad desde de diversos orígenes. Estos 15 jóvenes novicios estarán acompañados por tres formadores.

    Te invitamos a leer esta carta en relación con esta comunidad que trae esperanza a nuestra congregación.