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¿Qué es la promoción vocacional?
¡Un servicio que vale la pena!
Personalmente, antes de tener el servicio de promotor vocacional en la congregación, yo no quería este servicio. Sentía que ser promotor vocacional era como ser un vendedor y que tenía que convencer a otros de “comprar” nuestro producto. ¿Quién querría eso como religioso? Ahora, con dos años de estar dedicado a esta misión, me queda claro que es algo muy distinto. Ahora valoro, disfruto y me apasiona este servicio.
Algunos hemos pensado a veces que no hay que empeñarse mucho en la promoción vocacional: “Dios da las vocaciones, lo importante es la misión…”. “Si nuestra vida es auténtica, será atractiva por sí misma…”. Creo que en parte esto es cierto, y en parte no. Dios es quien llama, sin duda. Lo esencial de la Vida Religiosa no es que ingresen nuevos miembros a las congregaciones, lo esencial es consagrarnos para el seguimiento de Jesús y para la misión. Efectivamente, si nuestra vida no es auténtica, no le veo mucho sentido a invitar a nadie a vivirla. Pero… si no trabajamos conscientemente por favorecer que los jóvenes de nuestros contextos conozcan esta forma de vida, no llegarán solos. Dios da vocaciones, pero también nos da inteligencia y capacidades para contactarlas y acompañarlas, de modo que, si este es su llamado, lo elijan con libertad.
En nuestro mundo, en nuestros países y ciudades, hay jóvenes que tienen esta vocación. Sociológicamente podríamos decir que tienen el “habitus”, es decir, las condiciones internas y la disposición para optar por este modo de vida, para ser felices y dar vida desde la Vida Religiosa. No son la mayoría de jóvenes —esta opción de vida ha sido siempre y creo que seguirá siendo minoritaria— pero los hay y, si consideramos la población joven de nuestros países, son más que suficientes. Pero si no hacemos el contacto, si no nos conocen, y si no son acompañados y no hacen un proceso de discernimiento, simplemente no darán el paso, no serán religiosos/as.
La promoción de la vocación a la Vida Religiosa sólo tiene sentido si al mismo tiempo acometemos uno de los grandes desafíos de la Iglesia actual, que es el desafío de la cultura vocacional. Frente al mundo juvenil, nuestra tarea primordial es acercarnos, escuchar, acompañar y, en cuanto sea posible, proponer a Jesús como vocación que encanta. El horizonte es el Reino y la promoción de todas las vocaciones. Tenemos el enorme reto en la Iglesia de repensar la pastoral juvenil para abrir con los jóvenes caminos inéditos de encuentro con el Señor que llama y de compromiso con su proyecto de vida. Pero dentro de ese horizonte mayor, también tenemos la tarea específica de acompañar a aquellos jóvenes que se sienten llamados a esta vocación concreta que es la Vida Religiosa.
En resumen, podemos decir que la promoción vocacional no es proselitismo, es un servicio eclesial para favorecer que los jóvenes conozcan a Jesús, opten por seguirlo y hagan procesos de discernimiento para descubrir su vocación. Los promotores vocacionales acompañamos su discernimiento para que, si su llamado es la Vida Religiosa, les ayudemos a tomar una decisión con libertad y facilitemos su proceso de ingreso a la formación básica.
Me parece, por lo tanto, que el quehacer de un equipo de promoción vocacional se aboca al menos a estos cinco grandes objetivos:
- Visibilizar el seguimiento de Jesús en la Vida Religiosa como una opción de vida posible para los jóvenes.
- Ampliar y facilitar el contacto con jóvenes que tengan inquietud vocacional, sobre todo mediante una presencia estratégica en espacios juveniles de Iglesia y en las redes sociales.
- Suscitar y favorecer procesos de discernimiento vocacional de jóvenes que expresan esta inquietud, especialmente a través de experiencias significativas y acompañamiento de calidad.
- Impulsar el trabajo en red entre religiosos/as, laicos/as y otras instancias para las diversas acciones encaminadas a la promoción y a la cultura vocacional.
- Optimizar los recursos económicos para una gestión eficaz y responsable de la promoción vocacional.
Bernardo Sada, MSpS
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Aniversario de fundación de la Congregación… ¡y del nidito de los MSpS!
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Dra. Mariana Gómez Villanueva
AHMSpS
El próximo diciembre se cumplen 110 años de la fundación de los Misioneros del Espíritu Santo. Este gran acontecimiento ha quedado plasmado en la historia a partir de una gran variedad de relatos, desde la Cuenta de Conciencia hasta la historiografía reciente. Las narraciones que hicieron Concepción y Félix de esa fecha son fuentes elementales que han servido para comprender el inicio del caminar congregacional.[1]
Uno de los relatos que ha quedado eclipsado por el interés de este suceso particular ha sido la historia de la primera casa-comunidad de la Congregación: el noviciado.
Llamado “el nidito” por el padre Félix Rougier, ha sido una de las pocas comunidades que, a pesar de haber cambiado de residencia en numerosas ocasiones, se ha mantenido por más de cien años. De hecho, la puesta en marcha de otros noviciados de la Congregación tuvo lugar hasta la década de los cincuenta, momento en que se impulsaron las Delegaciones y la creación de casas de formación fuera de la Ciudad de México. Por lo tanto, el noviciado fue, durante los primeros años de vida de la Congregación, el único hogar para los novicios de los MSpS.
La historia de una comunidad tan longeva es imposible de resumir en unas cuantas páginas. Esbozo aquí solamente algunos pasajes y experiencias que permiten conocer algo de su camino, mismo que ha estado plagado de aventuras, tristezas, alegrías y esperanzas.
El noviciado de los MSpS comienza su andar en 1914. El padre Félix Rougier escribió en sus textos que en el mismo momento en que se fundó la Congregación también lo hizo el noviciado, pues desde ese día él y el primer novicio se fueron a vivir a una casa del Cerrito del Tepeyac (llamada Tepalcates). Para entonces, Félix fungía como maestro de novicios y Moisés Lira fue su primogénito.[2] En estos primeros meses y años, la casa general y el noviciado eran dos comunidades que se encontraban en el mismo lugar.
Este nidito fue la primera casa de formación de la Congregación. Después vendrían la Escuela Apostólica de Tlalpan y el Escolasticado, en 1919. Sus primeros e itinerantes años de vida fueron ya estudiados por el padre Carlos Vera.[3] Después de algunos días en el Tepeyac, a principios de 1915 se movió a la calle de Santa Teresa, hoy Guatemala (casa de los Álvarez Icaza). El 20 de enero de 1915 a la calle del Arzobispado núm. 3, en Tacuba, lugar donde se llevaron a cabo las primeras profesiones. En 1917 llegó a Tlalpan: primero a la calle de La Fama núm. 18; en octubre de 1926 pasa a Calvario núm. 14; en noviembre a la casa de Morelos núm. 2; y, en 1932, se cambia a la calle de Hidalgo 4 1/2.[4] Fue en 1917 que se convirtió, oficialmente, en el Noviciado de Tlalpan, pues fue en ese momento que el padre Félix trajo consigo a un numeroso grupo de novicios de Morelia que dio vida a la comunidad.[5]
Las primeras generaciones de MSpS estudiaron allí, por lo cual, todos tenían un gran cariño por ella. Además, el lugar era idílico pues, en ese momento, Tlalpan era descrito como un lugar apartado del ruido de la ciudad y con bastas áreas verdes. La construcción de la fábrica de papel Peña Pobre y su posterior unión con la fábrica de Loreto dio un gran impulso a la zona.[6] A poco se fue modernizando, hasta que el área conurbada de la ciudad la alcanzó y se convirtió en parte de la gran urbe que era el Distrito Federal.
A la par que crecía Tlalpan también lo hacía el Noviciado. Los años que van de 1926 a 1935 fueron de expansión y consolidación. Mientras la Ciudad de México era el epicentro de importantes guerras civiles, crisis económicas, entre otros eventos, los novicios podían tener una vida de paz y tranquilidad en la lejana Tlalpan. Fue así como el Noviciado se hizo de una identidad fundamental para la quinta Obra de la Cruz, misma que conserva hasta la actualidad.
A la par que crecía Tlalpan también lo hacía el Noviciado. Los años que van de 1926 a 1935 fueron de expansión y consolidación. Mientras la Ciudad de México era el epicentro de importantes guerras civiles, crisis económicas, entre otros eventos, los novicios podían tener una vida de paz y tranquilidad en la lejana Tlalpan. Fue así como el Noviciado se hizo de una identidad fundamental para la quinta Obra de la Cruz, misma que conserva hasta la actualidad.
Imagen: El padre Félix Rougier y los novicios, en 1927.
AHMSpS, Fototeca, R.P. Félix de Jesús Rougier.Así pues, la historia del Noviciado de Tlalpan caminó de la mano con la de la Casa de Estudios y la Escuela Apostólica, no solamente porque se encontraban muy cerca una de otra, sino porque, como se verá a continuación, los novicios, teólogos, filósofos y apostólicos llegaron a vivir en un mismo espacio. Todas las casas de formación de la Congregación que existían en la Ciudad de México tuvieron un periodo de crisis a partir de 1934, pues fue entonces que se llevaron a cabo los procesos de nacionalización de bienes.
En agosto de 1935, el gobierno mexicano publicó en el DOF la Ley de Nacionalización de Bienes. Ésta tenía como objetivo que todos aquellos bienes nacionalizados por el gobierno (artículo 27, propiedad de tierras y aguas de la Nación) estuvieran bajo su control directo.[7] Dicha Ley trajo consigo una etapa en la que se incautaron un buen número de casas, conventos y otros edificios que pertenecían a asociaciones, corporaciones o instituciones religiosas, en el entendido de que “los bienes eclesiásticos dedicados al culto público eran propiedad de la Nación”.[8]
¿Qué pasó con el Noviciado de Tlalpan y las demás casas de formación en este contexto? Espera la segunda parte de este artículo.
[1] Concepción Cabrera, Cuenta de Conciencia, tomo 39, 25 de diciembre 1914, pp. 326-335; Félix de Jesús Rougier, Autobiografía, México, Edición Privada, 2009, pp. 69-72.
[2] Rougier, Autobiografía…, pp. 71-73.
[3] Carlos Vera, IIA. Los primeros años. Construyendo el porvenir, 1914-1938, México, Editorial La Cruz, 2015, pp. 61-73.
[4] Alfredo Vizoso, Casas de los Misioneros del Espíritu Santo, México, Edición Privada, p. 13.
[5] Rougier, Autobiografía…, p. 73.
[6] Gaspar Hernández, “Historia de la delegación Tlalpan. Rasgos históricos de Tlalpan”, en Diario de Campo, núm. 87, Museo Nacional de las Intervenciones, INAH, 2006, p. 68.
[7] “Nuestro siglo – Las reformas del cardenismo”, Página oficial de la Cámara de Diputados, disponible en: https://www.diputados.gob.mx/museo/s_nues6.htm (Fecha de consulta: 23 de octubre de 2024).
[8] María Teresa Vizcaíno, Teresa María Geraldes, “La transformación del derecho eclesiástico mexicano, 1917-1991. Acerca de las relaciones gobierno civil e iglesias en México”, p. 11, disponible en: https://www.researchgate.net/profile/Teresa-Maria-Geraldes-Da-Cunha-Lopes/publication/228601460_La_transformacion_del_derecho_eclesiastico_mexicano_1917-1991_Acerca_de_las_relaciones_gobierno_civil_e_iglesias_en_Mexico/links/54cc492c0cf29ca810f51016/La-transformacion-del-derecho-eclesiastico-mexicano-1917-1991-Acerca-de-las-relaciones-gobierno-civil-e-iglesias-en-Mexico.pdf (Fecha de consulta: 23 de octubre de 2024); AGN, Secretaría de Justicia, Nacionalización y Desamortización de Bienes, Dirección General de Gobierno y Bienes Intervenidos.
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Mensaje del P. Juan José González MSpS con motivo de las elecciones en USA
Mensaje de nuestro hermano P. Juan José González MSpS a los laicos de la Parroquia de St. Matthew en Hillsboro, Oregon, Estados Unidos, con motivo de las elecciones presidenciales.
Agradecemos sus palabras y nos unimos en oración por el pueblo de los Estados Unidos en esta nueva etapa que comienzan. Y también reflexionamos sobre nuestros propios lugares o situaciones.
Mensaje de nuestro hermano P. Juan José González MSpS a los laicos de la Parroquia de St. Matthew en Hillsboro, Oregon, Estados Unidos, con motivo de las elecciones presidenciales del pasado 5 de octubre.
“Queridos amigos, la gente ha hablado, y nuestro sistema democrático ha hecho lo que se supone que debe hacer: asegurar que la autoridad del gobierno deriva únicamente del consentimiento de los gobernados. Celebrar elecciones libres y justas es el principal mecanismo para traducir ese consentimiento en autoridad gubernamental.
Permíteme ofrecerte mi consejo pastoral no solicitado:
Si estás feliz, sé paciente y comprensivo con las personas agraviadas. Dale a la gente tiempo para sentir y luego tiempo para pensar sin regodearse de ellos o burlarse de ellos. Ellos son tus conciudadanos. Ellos son tus compañeros miembros del cuerpo de Cristo. Todos deberíamos querer que el país se una en los próximos cuatro años.
Si estás decepcionado esta noche, trata de no ver a la mayoría del país como secretamente malvado o estúpido. La elección favoreció al Sr. Trump antes que a la Sra. Harris. Como las emociones se calman, pregunta si te perdiste algo que tus compatriotas vieron.
Amigos míos, Dios no posee ningún partido político. Dios es más grande que nuestra política. Solo Dios es nuestra luz y salvación, como lo proclamamos hoy en la liturgia. Por favor, asegúrate de no hacer parecer que cualquiera que no esté de acuerdo con tu política debe ser automáticamente el enemigo de Dios, la Iglesia o el Reino de Dios.
Sé amable con tu vecino hoy y en los días siguientes. Dejemos atrás el regodeo y las recriminaciones tan pronto como podamos. Los cristianos son llamados incluso a amar a nuestros enemigos; nuestra familia y amigos que no están de acuerdo con nosotros políticamente no son nuestros enemigos. Ellos merecen mucho más nuestro amor.
Ayer fue un día importante en América. Mojarlo, procesalo y reza por ello. Tanto si estás feliz como triste esta noche, nuestro país solo será herido si las emociones de hoy se endurecen en una oposición implacable. Nuestra mejor esperanza para nuestro país es hacer todo lo posible para seguir adelante juntos como UNA nación, bajo Dios, con libertad y justicia para TODOS.”
Paz,
Padre Juan J. González, MSpS
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Crónica Éxodo Postulantado 2024-2025
Esta aventura empezó el domingo 27 de octubre al amanecer, saliendo desde Aguascalientes. La emprendimos Emilio, Core, Abel, Isaac, Jose Manuel y Alex, acompañados por Samuel y Perusi.
Metimos nuestras mochilas con lo necesario y pusimos rumbo a nuestro primer destino que sería Guadalajara. Lo primero que hicimos en el trayecto fue realizar nuestra oración comunitaria. Aunque es un sitio peculiar para realizarlas, siempre es importante situar los más importante en el centro y que sea el motor de nuestro día. Una vez llegamos a Guadalajara, fuimos directos al CECAP donde nos recibieron con una fraternal desayuno los acompañantes y las personas que nos iban a guiar durante el camino que eran Armando Tovalín, Jorge Eduardo “Bucky” y Raúl “Chino”. Después de haber desayunado y habiéndonos enseñado las instalaciones del CECAP, la Casa San José y la Casa Provincial nos dispusimos a celebrar en comunidad la eucaristía en la capilla de la Casa Provincial.Juntos como hermanos sentimos la invitación de a mirar con ojos nuevos, de ver con claridad y abandonar nuestra ceguera como hacia Jesús con Bartimeo. Con un gesto sencillo, pusimos en la patena que nos íbamos pasando los unos a los otros, nuestras intenciones, nuestros deseos, nuestros anhelos de lo que esperábamos del Éxodo. Concluida la misa e impulsados por el Espíritu Santo dimos
pistoletazo de salida al Éxodo propiamente dicho.Salimos de Guadalajara y nos pusimos rumbo a Nayarit. Ahí nos recibió con mucho cariño y amor la familia del hermano Saúl Ibarra. Nos deleitaron con la comida típica de Nayarit, camarones con coco, camarones en agua-chile, elotes y muchos más platos que estaban riquísimos. También aprovechamos ese momento para cuidarnos mutuamente, nosotros por la familia Ibarra y nosotros cuidando de la
familia que extraña a su hijo y hermano. Pudimos ver en primera persona las vivencias, los miedos, las alegrías, las tristezas que vive una familia que tiene un miembro misionero. Fue un comienzo muy bonito y emotivo que no solo nos lleno de energía por los alimentos, si no que también nos lleno el corazón de amor y tranquilidad. Una vez finalizada este reunión familiar, nos dirigimos al Seminario de
Santa María donde nos acogería la esa comunidad e íbamos a pasar nuestra primera noche. Celebramos juntos a los seminaristas las vísperas solemnes y compartimos junto a ellos una cena fraterna de tacos y chamucos. Terminada la cena, realizamos los últimos preparativos de nuestras maletas, retirando lo prescindible y repartimos la comida que iba a ser nuestro sustento y apoyo durante la semana. Nos fuimos a dormir nerviosos, con miedo, con ilusión de empezar a camina.El lunes 28 de octubre, nos levantamos a las 3:30 de la madrugada para ganarle camino al sol y al calor. Salimos del Seminario a las 4:30 y empezamos a caminar en la noche más cerrada. Previamente en un momento de oración intencionamos el día e intencionamos por quien queríamos realizar el Éxodo. Ese ese primer tramo empezar las primeras conversaciones para conocerse y empezamos a sentir las
primeras sensaciones. Pasado el amanecer paramos a desayunar en San José de Mojarras. Ahí nos dio la bienvenida la familia de Doña Dora y pudimos gozar de su hospitalidad. Nos preparó un taquitos sudados exquisitos, que nos dio energía para afrontar el resto del camino. Después de una platica con la familia retomamos nuestro camino. El resto del camino transcurrió por plantaciones de agave, un calor asfixiante y un sol que pegaba muy fuerte. Tuvimos que realizar múltiple paradas para combatir el calor, la sed y el cansancio. También unas personas nos hicieron un tremendo regalo y realizaron un gesto enorme de solidaridad al regalarnos agua mientras íbamos caminando. Todos llegamos a nuestro primer destino que era el pueblo de Las Cuevas, el único incidente que tuvimos fue un susto que nos dio Tovalín por una bajada de tensión muy fuerte causa del esfuerzo de ese día, pero se pudo recuperar sin mayor problema. Nos habilitaron la capilla del pueblo para que pudiésemos dormir, descansar y ducharnos ahí. La tarde la pasamos tranquilamente descansando, recuperándonos y bañados en el rio del pueblo. Cenamos duritos con verdura y cueritos. Finalizamos el día con una oración de recupración y tomamos la decisión de todos continuar al día siguiente.El martes 29 de octubre, siguiendo el plan del día anterior nos levantamos a las 3:30 de la madrugada después de nuestra primera noche durmiendo en el suelo. Pusimos rumbo a la Palmita, que era el sitio donde dormiríamos la segunda noche. Nada más salir de Las Cuevas nos enfrentamos a nuestro primer cerro. En el camino no vimos sorprendidos por una gran multitud de trabajadores, que también estaban despiertos a esa horas, dirección a su lugar de trabajo. La naturaleza en este día cambió radicalmente, paso de ser prácticamente desértico a estar rodeados por infinidad de arboles y flores preciosas. A mitad de camino paramos a desayunar en el negocio familiar de doña Emilia que nos preparó unos huevitos con jamón y frijoles. Descansamos y antes de reempreder el camino compartimos un momento de oración por el señor Antonio, marido de Emilia tristemente fallecido. Nos pusimos en camino
nuevamente hasta que llegamos a un río que no podíamos atravesar, ahí nos paramos a contemplar a los pescadores que realizaban sus labores cotidianas hasta que vino la barca que nos ayudaría a atravesar el rio. Ese momento en la barca nos gusto muchísimo, parecía de película total, a muchos nos puso en el papel de lo tuvieron que sentir los primeros misioneros. Al bajarnos de la barca empezó el verdadero reto del día, que era subir un cerro desde lo más abajo. Además se añadió otra complicación y era que muchas partes del camino estaban destruidas y afectadas por los daños frutos de las riadas que se produjeron a caso de la lluvias torrenciales que afectaron a esa zona. Nos sobrepusimos a estos problemas con mucha fraternidad y solidaridad ayudándonos para poder pasar los tramos más peligrosos. A mitad de camino tomamos un descanso y pusimos voz a las cosas inanimadas que nos rodeaban. Después de una gran esfuerzo, ayudándonos entre nosotros para poder avanzar y un largo trayecto llegamos a la Palmita. Nos ofrecieron la Escuela para que pudiésemos hacer noche ahí.Comimos y disfrutamos de la hospitalidad de doña Olivia que nos ofreció una sopa con queso muy rica. También gozamos de la ayuda de la gente del pueblo que nos ayudó a resolver problemas con obtener agua para ducharse. La tarde transcurrió tranquila. Aprovechamos para descansar y sobre todo para compartir con los niños del pueblo que acudieron a nosotros con mucha ilusión y felicidad. Esos niños
fueron un chute de energía muy fuerte para muchos de nosotros. En la noche cenamos duritos con cueritos, disfrutamos de la estrellas y compartimos nuestra intimidades y aquello que el Éxodo iba suscitándo en nuestro interior.El miércoles 30 de octubre, siguiendo el mismo planteamiento que los otros días para aventajarle al sol, nos preparamos para enfrentarnos a posiblemente el día más exigente. Saliendo de la Palmita subimos el primer cerro del día y caminamos con cuidado para evitar la caída por un desfiladero. Caminamos y nos vimos sorprendidos con un bello amanecer cuando llegábamos a la Cumbres, pueblo donde desayunaríamos un sándwiches y que se encontraba a la mitad del primer cerro. Una vez recargado fuerzas y ánimos nos dispusimos a seguir subiendo. Este tramo ya se empezó a hacer pesado debido al cansancio acumulado, a la subidas exigentes y al calor. Pero conseguimos llegar a una pequeña capilla dedicada a San Judas Tadeo donde descansamos un rato. El siguiente tramo fue una verdadera aventura, ya que, gracias a la generosidad de una familia que pasaba por ahí nos dieron ride hasta la presa de El Cajón. Esta fue una ayuda vital, ya que el tramo que seguía era una dura bajada por asfalto que podía lastimarnos gravemente las rodillas. En momento del ride también parecía sacado de película, produjo risas entre nosotros y fue un momento de hermandad muy bonito. Atravesamos la presa del El Cajón después de pasar por los controles de seguridad correspondientes y enfilamos el segundo y más duro
cerro del día. Fue muy exigente porque nos pillo en la horas centrales del día, con el sol en lo más alto, pero el mayor reto fue aguantar esa subida con el poco agua del que disponíamos. Nos ayudamos entre todos, intentando compartir el agua que traíamos y ayudándonos a llevar la mochilas. Con mucha desesperación, agotamiento pero con tesón y resiliencia conseguimos llegar todos sanos y salvos a Platanitos. Nada más llegar disfrutamos de una premio merecido en forma de jugos, coca, refrescos y atún con salsa. En Platanitos gracias a la generosidad de la gente, que nos dejó la capilla para poder dormir, de Modesto, que nos ofreció su casa para ducharnos. Gracias a Blanca, que nos preparó un riquísimo arroz con elotes y frijol; y gracias a al médico del pueblo que curó las molestias de algunos y nos regalo un garrafón de agua (esto es muy importante ya que no había agua en todo el pueblo, estábamos bebiendo pura coca, pero peor aun no íbamos a tener agua para el día siguiente y con este regalo si pudimos con que rellenar nuestras botellas) pudimos descansar.El jueves 31 de octubre nos enfrentamos al último día de Éxodo. Subimos nuestro último cerro y al llegar a la cima pudimos disfrutar de un desayuno sencillo de galletas y jugo. En todo el día pudimos disfrutar de una perrita muy noble que de manera silenciosa y fiel nos acompañó. Descansamos en el Cortijo y enfrentamos la última parte de asfalto y un sol asfixiante. Ya muy cansados y con las energías
en reserva, nos adentramos en la maleza para llegar a nuestra tierra prometida y el fin de este Éxodo, llegamos a la Laguna de Santa María. Allí descansamos, nos dimos la enhorabuena y celebramos la Eucaristía. En esta celebración, con un bonito gesto nos intercambiamos los tenis y reflexionamos sobre lo que habrá vivido el hermano durante su caminar. Como premio final y merecido disfrutamos de un festín a base de chicharrón de pescado y ceviche. Fue el broche final a una experiencia que marcó nuestro camino y nuestro corazón.Esta experiencia terminó regresando a Guadalajara donde nos acogió las comunidad de Cristo Sacerdote. Compartimos un día de turismo por Guadalajara y visitamos el HYCIG con motivo de la celebración del Día de Muertos. Finalmente después de dos noches ahí, regresamos a Aguascalientes.
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Nuestra Historia
Hace 100 años
Noviembre 1924 – CC CCA Tomo 45 pp.107 – 112
Muy surtido de dolores ha sido este mes.
[…]
Penas de otras clases muy surtidas, las espinas de todos colores.
Bendito seas, mi Jesús, y que todo sea para tu mayor gloria y bien de las almas.
Me mandó el I.S. Martínez un escrito que se titula: “Este es mi cuerpo, esta es mi sangre”. Lo envié para “La Cruz” y que les sirva a muchas almas.
Debo explotar ese asunto importantísimo plenamente. Tiene por raíz esa oblación mística, el perfectísimo amor maternal, que es una admirable participación del amor del Padre y, por consiguiente, [108] una divina y copiosa efusión del Espíritu Santo.
Ese amor, que debo vivir a cada instante, debe hacerme ofrecer, a cada instante también, en una oblación única a Jesús, a mis hijos y a mí, tres víctimas en una.
Aunque mis penas y mis sacrificios cambiaran o se acabaran (que afortunadamente para mí no se acabarán) la inmolación interior, ni cambia ni se acaba, porque en la inmensidad de mi deseo abarca todas las inmolaciones y las abarca también al ofrecerme para todo a la divina voluntad.
Poco importa que en mi estado actual ni guste ni me dé casi cuenta de esa constante inmolación; en medio de las sombras en que vivo, la voluntad [109] y el amor, dicen, que están intactos y esa misma obscuridad, es una finísima y generosa inmolación, tanto más pura cuanto que en ella nada encuentra el Yo ni siquiera el divino gozo del dolor, pero la mirada de Dios (dicen) se complace grandemente.
Sin andar pensando si estaré engañada o no […] debo dedicarme a lo que Dios quiere, esto es, a repetir cada vez con nueva perfección las divinas palabras: “Este es mi cuerpo, esta es mi sangre”; por las cuales debo convertirme verdaderamente, en sacerdote, hostia y altar.
Señor, aquí me tienes; que se haga tu voluntad en mí, en las Obras, en mis hijos, en todo lo que me rodea. [112] Haz que se cumplan tus designios en mí. Aquí estoy, Señor, perdóname y que seas siempre Tú alabado y yo despreciada y olvidada.
Hace 50 años
El Consejo General aprobó con gusto el viaje del P. Roberto de la Rosa y tiene puestas en él grandes esperanzas. Un avance en el proceso y la “luz verde” definitiva para la edición del libro del P. Philipon sobre Nuestra Madre. (Disponible para su lectura aquí: “Diario espiritual de una madre de familia“).
Uno de los propósitos del P. Roberto es hacer llegar al Santo Padre el libro del P. Philipon. Para ello quiere valerse del Maestro General de los PP. Dominicos quien por su mismo cargo es “Maestro del Sacro Palazzo”, el P. Vicente Couesnongle, O.P.
El P. Couesnongle acaba de ser elegido Maestro General de los Dominicos. Hace poco tiempo, siendo Consultor General, buscaba al que pudiera ser el Censor del libro del P. Philipon sobre Nuestra Madre. Mientras lo hallaba, se puso a leer el libro. En “Cor Unum”, de marzo de 1974, publicamos extractos de una carta suya al P. Roberto de la Rosa; allí describe su impresión ante la lectura del libro. Permítasenos repetirla.
“Muy querido y reverendo Padre: Llegó lo que tenía que llegar. He leído el último capítulo sobre la Trinidad. Me ha conquistado y Usted podrá encontrar aquí mismo el NIHIL OBSTAT. He leído con mucha atención estas páginas. Síntesis admirable de profundidad que contienen los aspectos fundamentales de la fe, con un estilo original y muy personal. Todo está allí y de un modo admirable. Comprendo que el P. Philipon haya sido conquistado por esta doctrina y por esta alma, al mismo tiempo mamá y esposa muy amante. Uno se siente sobrecogido al leer el retrato de una madre preocupada por sus hijos y al mismo tiempo sus elevaciones sobre la unidad de la Trinidad, la Iglesia, el Sacerdocio, el Espíritu Santo. (Un nuevo Pentecostés…) Y se trata de la misma persona que ha amado a sus hijos y ha escrito y vivido todo eso…”
– – – – – – – – – – – – – – – – – – –
Sabemos que delante de Dios no hay simples coincidencias. Todo es Providencia suya.
[…]
Bendito y alabado sea Dios por todo.
Tomado del Cor Unum de Noviembre de 1974 -AHMSpS. Caja 13 p. 144
Hace 25 años
Noviembre de 1999
Concepción Cabrera de Armida -ya casi- Venerable
El pasado martes 19 de octubre de 1999 se llevó a cabo en el Vaticano, la Congregación Ordinaria de Cardenales y Obispos para examinar la vida y las virtudes de la Sierva de Dios Concepción Cabrera de Armida.
Esta reunión tuvo como objetivo el estudio cuidadoso de un documento llamado Relatio et Vota que contiene el juicio de nueve teólogos consultores sobre las virtudes heroicas de Nuestra Madre, las afirmaciones de los examinadores teólogos, sus dudas y las aclaraciones correspondientes. Contiene además las precisiones a las dudas que permanecieron, que formularon los Actores de la Causa, -es decir quienes presentaron a Conchita como candidato a ser beatificada-, expresadas en forma de respuestas directas, basadas en los documentos oficiales presentados durante el proceso.
[…]
El examen versó sobre las virtudes llamadas teologales: la fe, la esperanza y la caridad, y sobre las virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. También se consideró la virtud de la humildad.
El juicio de los cardenales fue positivo. Es decir, han declarado que las virtudes de Conchita pueden llevar el calificativo de heroicas. O, mejor dicho, que la fama de santidad de la que gozó en vida y después de su muerte, tiene una base sólida en las virtudes que ejerció en grado heroico.
El paso siguiente será el que los Cardenales y Obispos presenten al Papa Juan Pablo II su parecer, expresado mediante un voto, en el que le soliciten al Papa que declare a Conchita, mujer mexicana, esposa y madre de familia, como “Venerable”, es decir, que puede ser presentada al mundo como un modelo en el que la mujer de nuestro tiempo pueda encontrar lo que le es propio y le conviene a su condición de mujer, llamada a ser, junto con el varón, un modelo de personalidad humana. […]
Nos llenamos de alegría y damos gracias a Dios por este paso tan importante en la Causa de Nuestra Madre y esperamos que dentro del presente año el Papa Juan Pablo II declare a Conchita, Venerable.
P. Carlos Castro Tello
Tomado del Cor Unum de Noviembre de 1999 -AHMSpS. Caja 31, pp. 139 – 140