El pasado sábado 30 de noviembre nuestra querida congregación fue bendecida con los votos perpetuos de los hermanos Diego Guevara, Humberto Ruíz y Gustavo Hernández.
Muchos hermanos Misioneros del Espíritu Santo, familiares y amigos fuimos testigos de la consagración perpetua de estos hermanos.
Reunidos en el Centro de Espiritualidad de la Cruz san José del Altillo, iniciamos la celebración a las 6:30 pm. La eucaristía fue presidida por el P. José Luis Loyola Abogado, Superior General, acompañado en la sede por los PP. Armando Moreno y Pablo Héctor González, Superiores de la Provincia Félix de Jesús y Provincia de México, respectivamente. El coro de jóvenes de la Parroquia Santa Cruz del Pedregal, y la colaboración de algunos jóvenes de San Luis Potosí, animaron con los cantos la liturgia.
Hubo una presencia importante de los jóvenes tanto del Altillo como de la Santa Cruz del Pedregal, con quienes los hermanos realizan su misión. El P. Vicente Monroy dio la bienvenida al Centro de Espiritualidad de la Cruz, los hermanos recibieron la bendición de sus padres, y escuchamos las lecturas elegidas para la ocasión.
En la homilía el P. José Luis les recordó a los hermanos que su consagración perpetua es fruto del sí de sus hermanos de Congregación, que les abrazan no para acapararlos sino para capacitarlos a realizar su misión en el Pueblo de Dios. Su consagración es un regalo de Dios para nuestra congregación. Su consagración también es fruto de la mirada de Dios, una mirada de amor que le sedujo a Diego en medio del Futbol, a Humberto en medio de las computadoras y el Nintendo, y a Gustavo mientras sacaba el agua miel y participaba en una liturgia; una mirada de amor de sus hermanos, de sus papás, de los jóvenes; una mirada del silencio del corazón que les sedujo, que los ha quebrado, que los ha soltado… con la fuerza y el amor de esa mirada han emprendido caminos, esta mirada les ha transformado y les ha cautivado de tal manera que han decidido ser Misioneros del Espíritu Santo para siempre.
Al final nos compartió el P. José Luis la carta de Nuestro Padre “la mirada del Padre” Los hermanos, con nervios y una alegría desbordante proclamaron con voz fuerte la fórmula de consagración perpetua, recibieron su cruz y sus constituciones, y firmaron el
acta. Los Misioneros del Espíritu Santo presentes, con alegría y mucho cariño, les dimos un abrazo. Después de la eucaristía nos saludamos, charlamos y compartimos unos tacos de canasta y una fresca agua de Jamaica. Con el corazón alegre y agradecido por este regalo de nuestro Dios nos retiramos a nuestras casas.
Gracias Padre bueno por tu mirada amorosa que hoy nos bendice con la vida de nuestros hermanos Diego, Beto y Gustavo, ilumínalos y guíalos siempre con tu Santo Espíritu.
Conchita Cabrera y Félix de Jesús intercedan siempre por ellos para que se vivan con el querido color de la Espiritualidad de la Cruz.
Homero Merlín, msps