Aniversario de fundación de la Congregación… ¡y del nidito de los MSpS!

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Dra. Mariana Gómez Villanueva

AHMSpS

El próximo diciembre se cumplen 110 años de la fundación de los Misioneros del Espíritu Santo. Este gran acontecimiento ha quedado plasmado en la historia a partir de una gran variedad de relatos, desde la Cuenta de Conciencia hasta la historiografía reciente. Las narraciones que hicieron Concepción y Félix de esa fecha son fuentes elementales que han servido para comprender el inicio del caminar congregacional.[1]

Uno de los relatos que ha quedado eclipsado por el interés de este suceso particular ha sido la historia de la primera casa-comunidad de la Congregación: el noviciado.

Llamado “el nidito” por el padre Félix Rougier, ha sido una de las pocas comunidades que, a pesar de haber cambiado de residencia en numerosas ocasiones, se ha mantenido por más de cien años. De hecho, la puesta en marcha de otros noviciados de la Congregación tuvo lugar hasta la década de los cincuenta, momento en que se impulsaron las Delegaciones y la creación de casas de formación fuera de la Ciudad de México. Por lo tanto, el noviciado fue, durante los primeros años de vida de la Congregación, el único hogar para los novicios de los MSpS.

La historia de una comunidad tan longeva es imposible de resumir en unas cuantas páginas. Esbozo aquí solamente algunos pasajes y experiencias que permiten conocer algo de su camino, mismo que ha estado plagado de aventuras, tristezas, alegrías y esperanzas.

El noviciado de los MSpS comienza su andar en 1914. El padre Félix Rougier escribió en sus textos que en el mismo momento en que se fundó la Congregación también lo hizo el noviciado, pues desde ese día él y el primer novicio se fueron a vivir a una casa del Cerrito del Tepeyac (llamada Tepalcates). Para entonces, Félix fungía como maestro de novicios y Moisés Lira fue su primogénito.[2] En estos primeros meses y años, la casa general y el noviciado eran dos comunidades que se encontraban en el mismo lugar.

Este nidito fue la primera casa de formación de la Congregación. Después vendrían la Escuela Apostólica de Tlalpan y el Escolasticado, en 1919. Sus primeros e itinerantes años de vida fueron ya estudiados por el padre Carlos Vera.[3] Después de algunos días en el Tepeyac, a principios de 1915 se movió a la calle de Santa Teresa, hoy Guatemala (casa de los Álvarez Icaza). El 20 de enero de 1915 a la calle del Arzobispado núm. 3, en Tacuba, lugar donde se llevaron a cabo las primeras profesiones. En 1917 llegó a Tlalpan: primero a la calle de La Fama núm. 18; en octubre de 1926 pasa a Calvario núm. 14; en noviembre a la casa de Morelos núm. 2; y, en 1932, se cambia a la calle de Hidalgo 4 1/2.[4] Fue en 1917 que se convirtió, oficialmente, en el Noviciado de Tlalpan, pues fue en ese momento que el padre Félix trajo consigo a un numeroso grupo de novicios de Morelia que dio vida a la comunidad.[5]

Las primeras generaciones de MSpS estudiaron allí, por lo cual, todos tenían un gran cariño por ella. Además, el lugar era idílico pues, en ese momento, Tlalpan era descrito como un lugar apartado del ruido de la ciudad y con bastas áreas verdes. La construcción de la fábrica de papel Peña Pobre y su posterior unión con la fábrica de Loreto dio un gran impulso a la zona.[6] A poco se fue modernizando, hasta que el área conurbada de la ciudad la alcanzó y se convirtió en parte de la gran urbe que era el Distrito Federal.

A la par que crecía Tlalpan también lo hacía el Noviciado. Los años que van de 1926 a 1935 fueron de expansión y consolidación. Mientras la Ciudad de México era el epicentro de importantes guerras civiles, crisis económicas, entre otros eventos, los novicios podían tener una vida de paz y tranquilidad en la lejana Tlalpan. Fue así como el Noviciado se hizo de una identidad fundamental para la quinta Obra de la Cruz, misma que conserva hasta la actualidad.

A la par que crecía Tlalpan también lo hacía el Noviciado. Los años que van de 1926 a 1935 fueron de expansión y consolidación. Mientras la Ciudad de México era el epicentro de importantes guerras civiles, crisis económicas, entre otros eventos, los novicios podían tener una vida de paz y tranquilidad en la lejana Tlalpan. Fue así como el Noviciado se hizo de una identidad fundamental para la quinta Obra de la Cruz, misma que conserva hasta la actualidad.

Imagen: El padre Félix Rougier y los novicios, en 1927.
AHMSpS, Fototeca, R.P. Félix de Jesús Rougier.

Así pues, la historia del Noviciado de Tlalpan caminó de la mano con la de la Casa de Estudios y la Escuela Apostólica, no solamente porque se encontraban muy cerca una de otra, sino porque, como se verá a continuación, los novicios, teólogos, filósofos y apostólicos llegaron a vivir en un mismo espacio. Todas las casas de formación de la Congregación que existían en la Ciudad de México tuvieron un periodo de crisis a partir de 1934, pues fue entonces que se llevaron a cabo los procesos de nacionalización de bienes.

En agosto de 1935, el gobierno mexicano publicó en el DOF la Ley de Nacionalización de Bienes. Ésta tenía como objetivo que todos aquellos bienes nacionalizados por el gobierno (artículo 27, propiedad de tierras y aguas de la Nación) estuvieran bajo su control directo.[7] Dicha Ley trajo consigo una etapa en la que se incautaron un buen número de casas, conventos y otros edificios que pertenecían a asociaciones, corporaciones o instituciones religiosas, en el entendido de que “los bienes eclesiásticos dedicados al culto público eran propiedad de la Nación”.[8]

¿Qué pasó con el Noviciado de Tlalpan y las demás casas de formación en este contexto? Espera la segunda parte de este artículo.


[1] Concepción Cabrera, Cuenta de Conciencia, tomo 39, 25 de diciembre 1914, pp. 326-335; Félix de Jesús Rougier, Autobiografía, México, Edición Privada, 2009, pp. 69-72.

[2] Rougier, Autobiografía…, pp. 71-73.

[3] Carlos Vera, IIA. Los primeros años. Construyendo el porvenir, 1914-1938, México, Editorial La Cruz, 2015, pp. 61-73.

[4] Alfredo Vizoso, Casas de los Misioneros del Espíritu Santo, México, Edición Privada, p. 13.

[5] Rougier, Autobiografía…, p. 73.

[6] Gaspar Hernández, “Historia de la delegación Tlalpan. Rasgos históricos de Tlalpan”, en Diario de Campo, núm. 87, Museo Nacional de las Intervenciones, INAH, 2006, p. 68.

[7] “Nuestro siglo – Las reformas del cardenismo”, Página oficial de la Cámara de Diputados, disponible en: https://www.diputados.gob.mx/museo/s_nues6.htm (Fecha de consulta: 23 de octubre de 2024).

[8] María Teresa Vizcaíno, Teresa María Geraldes, “La transformación del derecho eclesiástico mexicano, 1917-1991. Acerca de las relaciones gobierno civil e iglesias en México”, p. 11, disponible en: https://www.researchgate.net/profile/Teresa-Maria-Geraldes-Da-Cunha-Lopes/publication/228601460_La_transformacion_del_derecho_eclesiastico_mexicano_1917-1991_Acerca_de_las_relaciones_gobierno_civil_e_iglesias_en_Mexico/links/54cc492c0cf29ca810f51016/La-transformacion-del-derecho-eclesiastico-mexicano-1917-1991-Acerca-de-las-relaciones-gobierno-civil-e-iglesias-en-Mexico.pdf (Fecha de consulta: 23 de octubre de 2024); AGN, Secretaría de Justicia, Nacionalización y Desamortización de Bienes, Dirección General de Gobierno y Bienes Intervenidos.

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